Tribunas

La derechización de catolicismo español

 

 

José Francisco Serrano Oceja


 

 

 

 

En el libro que analiza la vida y el pensamiento del sociólogo Rafael Díaz-Salazar, el entrevistador le hace una serie de interesantes preguntas sobre el análisis de los datos sociológicos que tenemos del catolicismo español.

Por ejemplo, que el 16% de los españoles mayores de dieciocho años asisten con frecuencia a misa. Algo más de seis millones de personas, más los de menos de 18 años.

Otra cuestión que me llama la atención es la referida a los cruces de las variables de autoidentificación religiosa, práctica religiosa y voto a partidos políticos.

Díaz-Salazar afirma lo siguiente cuando se le pregunta qué le llama la atención en este aspecto. Contesta:

“La derechización política de los católicos practicantes. El partido más cercano a sus ideas es el Partido Popular por amplia mayoría, después el Partido Socialista y, en tercer lugar, VOX. Los católicos practicantes que muestran una relación entre sus ideas y la cercanía a Sumar o a Podemos son muy minoritarios en ese bloque. Otra cosa es la composición electoral de cada partido; en el PSOE, la mitad de los electores se declaran católicos; en el PP, algo más del 80%; en VOX, el 70%. A diferencia del inicio de la Transición, hay una correlación ideológica estrecha entre ser católico y ser conservador. Y, a la inversa, entre ser “no religioso e irreligioso” y ser de izquierdas”.

Hasta aquí la descripción de los datos del CIS que hace un sociólogo. Ahora corresponde analizar las causas y consecuencias de este proceso de derechización del voto de los católicos.

Las causas son, evidentemente, múltiples. Quizás estemos hablando de una respuesta a un proceso de evolución de lo que entendemos por la izquierda hacia políticas identitarias que entran en conflicto con la cosmovisión cristiana; quizá estemos hablando de procesos de intensificación de propuestas legislativas de la izquierda en cuestiones sensibles a la conciencia católica; quizás estemos hablando del peso de la historia; quizá estemos hablando de la incapacidad de la izquierda política actual por asumir el patrimonio de la fe; quizá estemos hablando de incidencias eclesiales, empezando por la dirección episcopal, que han tenido que dar respuesta a esos procesos políticos; quizá estemos hablando de la escasa presencia de católicos que se manifiestan como tal en los partidos de izquierda, no así proporcionalmente en los de las derechas; quizá estemos hablando de procesos que trascienden a  España…

Lo que puede ser llamativo además es que, si se confirma la orientación del voto de los jóvenes que protagoniza en estos últimos días las noticias, habría que pensar si está relacionada también con las emergentes formas de vivencia de religiosidad juvenil y con el auge de determinadas realidades de Iglesia punteras en ese sector social.

Otra pregunta que podríamos hacernos es si hay alguien, pensemos en algún obispo u obispos, o algún sector eclesial, que, conocedores de este proceso de derechización de los católicos, están haciendo lo posible y lo imposible para que cambie la tendencia.

Es decir, hayan asumido implícitamente o explícitamente esa realidad sociológica y configuren sus propuestas pastorales, de gestión, mediáticas y culturales, en reconfigurar esa tendencia.

No vaya a ser que pensemos que el catolicismo español solo se politiza si está tendencialmente inclinado a la derecha y no se politiza si lo está hacia la izquierda.

Menos mal que las categorías derecha e izquierda cada vez son más deletéreas. Esperemos que lo que no lo sea es la propuesta de la experiencia de fe en la vida de la Iglesia, que trasciende la derecha y la izquierda, aunque estemos en un mundo de intensa tensión polarizadora.

 

 

José Francisco Serrano Oceja