Solidaridad
Desde el primer día de la riada, la entidad impulsó una red de ayuda y apoyo que, un año después, sigue activa
04/11/25
Hace un año, la Comunidad Valenciana fue golpeada por una DANA sin precedentes que arrasó viviendas, escuelas y barrios enteros de 75 municipios. En total, dejó 230 personas fallecidas, más de 100.000 inmuebles afectados, cerca de 40.000 alumnos y alumnas vieron interrumpidas sus clases, según fuentes oficiales, y su efecto profundizó las desigualdades preexistentes.
- Más de 11.000 personas atendidas
 
- 500 jóvenes y docentes afectados
 
- Paiporta, símbolo de comunidad y esperanza
 
- Un año después, la solidaridad permanece
 
Apoyo vecinal impulsado por la ONG "Entreculturas".
Cuando el agua comenzó a retirarse, emergió una respuesta ciudadana y comunitaria que transformó la devastación en solidaridad. La ONG Entreculturas, junto con las entidades de las obras de la Compañía de Jesús en Valencia —Escuelas San José, Centro Arrupe y el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) Valencia—, impulsaron desde el primer día una red de acompañamiento que, un año después, sigue activa, informa la ONG.
Más de 11.000 personas atendidas
Durante los meses posteriores a la emergencia, esta red actuó en 17 municipios valencianos, acompañando a niños, niñas, familias, personas migrantes, mayores y personas con problemas de salud mental. Cientos de personas voluntarias, jóvenes y comunidades vecinales se movilizaron para reconstruir no solo muros, sino también vínculos que llegaron a más de 11.000 personas.
Las Escuelas San José se convirtieron en un gran centro logístico desde el primer momento. Su profesorado y alumnado de Formación Profesional colaboraron en tareas de desescombro y reparación, y distribuyeron alimentos a más de 600 personas. Además, sus instalaciones también acogieron a 29 familias y a centenares de estudiantes de otros centros para garantizar la continuidad educativa. “Nos abrieron los brazos, las puertas, el colegio, todo, y nos dijeron esta es vuestra casa el tiempo que necesitéis”, recuerda Mar Ibáñez, una de las madres de las familias acogidas de Paiporta.
Acompañamiento emocional
El Centro Arrupe se transformó en el corazón de la coordinación solidaria, ofreciendo espacios de escucha y acompañamiento emocional a más de un centenar de personas. “Lo primero fue paralizar todo lo que hacíamos normalmente e intentar apoyar a quienes estaban en las zonas afectadas. No podíamos quedarnos parados”, explica Abel Toraño, Delegado de la Plataforma Apostólica Mediterránea de la Compañía de Jesús.
Por su parte, el SJM Valencia centró su labor en acompañar a personas migrantes afectadas por la catástrofe que perdieron su vivienda o sus medios de vida y quedaron fuera del acceso a las ayudas públicas debido a su situación administrativa. De esta forma, su equipo ofreció asesoramiento jurídico, acompañamiento psicológico, alojamiento temporal y apoyo en la inserción laboral a más de 300 personas.
500 jóvenes y docentes afectados
Desde Entreculturas, se impulsó una educación entendida como herramienta de resiliencia y ciudadanía. “Los primeros días hicimos un rastreo de centros con los que trabajamos para saber cómo les había afectado la DANA y cómo podíamos trabajar con ellos en un momento como aquel”, recuerda Bárbara Lara, técnica de Entreculturas Valencia. De ese trabajo nació el programa ‘Espai Xarxa: La solidaritat ens dona un respir’, que permitió que más de 500 jóvenes y docentes afectados pudieran encontrarse, compartir y sanar a través del arte, la reflexión y el compromiso ambiental.
Paiporta, símbolo de comunidad y esperanza
En Paiporta, una de las localidades más afectadas, la solidaridad se convirtió en movimiento ciudadano. Allí nació una red vecinal impulsada por Entreculturas y el SJM Valencia que acompaña a día de hoy a más de 200 familias.
“Cuando generas estas redes de solidaridad, generosidad y de cooperación, es cuando la ciudadanía se siente más fuerte también para ser protagonista de la reconstrucción de su municipio”, destaca Encarna Durán, coordinadora territorial de Entreculturas Valencia.
La Asociación Vecinal Paiporta, como así se llama, cuenta hoy con un espacio propio, una educadora social y múltiples actividades comunitarias. “Es una riqueza de vida que jamás te esperabas encontrar. Y todo esto te aporta unas historias tan interesantes, tan buenas, que yo creo que nos enriquece”, añade Teresa Verdú, voluntaria de Paiporta.
Un año después, la solidaridad permanece
Un año después de la DANA, la Compañía de Jesús sigue acompañando a las comunidades afectadas. Porque la reconstrucción no termina cuando se levantan las paredes, sino cuando las personas recuperan su confianza, su voz y su lugar en la sociedad.
En palabras de Martín Iriberri, Director General de Entreculturas: “Aunque el barro se secó, la red de solidaridad sigue viva más allá de la emergencia: una red que demuestra que la educación, la hospitalidad y la comunidad son la base de una reconstrucción verdaderamente humana”.