Diócesis
Polémica. 40 Días por la Vida de Tarragona, dolidos con su obispo: “Nos sentimos desamparados”
Joan Planellas está en contra de rezar el rosario en la puerta de una clínica abortiva. Los provida se reunieron con él antes de la campaña, intentó disuadirlos pero no se lo prohibió: “Hemos salvado una vida”
20/11/25 | Marta Santín
En Tarragona se ha abierto una grieta dolorosa entre el colectivo 40 Días por la Vida, defensores provida. Han escuchado las palabras de su propio obispo, monseñor Joan Planellas quien ha declarado que "rezar el rosario en la puerta de una clínica abortiva es ideologizar y banalizar la oración y no estoy de acuerdo". En 40 Días por la Vida aseguran sentirse “desamparados” tras las críticas del arzobispo, quien, aunque no prohibió sus vigilias de rezos frente a la clínica abortiva de la ciudad, manifestó: "¿Qué ganan con esto?". Ellos le responden: "Hemos salvado una vida".
- Se reunieron con el obispo
- "Quisimos mostrarle fidelidad"
- Una vida salvada
- “No somos manifestantes. Solo rezamos”
- “Nos sentimos desamparados por nuestro pastor”
- “Otros obispos nos apoyan”
Voluntarios de 40 Días por la Vida en Tarragona.
Se reunieron con el obispo
La portavoz de la campaña en Tarragona, Valerie y responsable de Comunicación en España, que además lidera el movimiento en la ciudad, describe con emoción contenida un año intenso: tres campañas, un grupo consolidado y una reunión decisiva con el obispo en septiembre de 2024, previa a su primera acción oficial.
Valerie ha conversado con Religión Confidencial. "Antes de comenzar la campaña en septiembre de 2024 nos reunimos con nuestro arzobispo. Le notamos nervioso, no le gustaba nuestra iniciativa. Intentó persuadirnos para que no la lleváramos a cabo".
Sin embargo, el arzobispo de Tarragona les dijo finalmente: "No os lo puedo prohibir porque sois hijos de Dios y por lo tanto libres, pero no me gusta".
Aquellas palabras les hicieron sentir “culpables”. Valerie recuerda que le respondió con respeto: “Tengo que obedecer a mi obispo, pero antes a Dios y a mi conciencia.”
La reunión se celebró con un respeto total y con cordialidad. "Lo que más nos disgustaba es que nos decía que éramos manifestantes. Le argumentábamos que no. Le entregué un documento de lo que hacíamos: rezar en turnos, sin buscar confrontación, con el objetivo de acompañar a las mujeres, rezar por el no nacido y ofrecer alternativas reales al aborto".
"Quisimos mostrarle fidelidad"
Valerie relata que acudió al encuentro con Planellas acompañada por su madre y un capitán de la organización. Llevaban fotografías, documentación y un mensaje muy claro: “No nos manifestamos, no abordamos a mujeres, no gritamos, no criticamos. Solo rezamos en un parque público frente a la clínica. Incluso vienen sacerdotes con nosotros”.
La reunión, sin embargo, fue difícil. “Salí casi llorando. Fue bastante triste. Queríamos hablar con él porque es nuestro obispo, por fidelidad. Le pedí su bendición.”
A pesar de la petición, el grupo siguió adelante con la campaña de oración y ayuno.
Una vida salvada
Durante esa primera campaña, ocurrió algo decisivo para ellos. Reunidos en el parque frente a la clínica, con turnos llenos desde la mañana hasta la noche, en el turno de Valerie, a las 3 de la tarde "la hora de la divina misericordia" vieron a una pareja joven sentada en un banco que no paraban de observar al grupo. “Parecía que necesitaban ayuda”, cuenta.
Aunque nunca abordan a nadie, esta vez sintió interiormente que debía acercarse. “Miré a l chica a los ojos con mucho amor y misericordia, sin juzgar. Me dijeron que tenían hoy la cita. Les dije que si estaban seguros. Ella me dijo que no. Que se sentía presionada por su familia.”
Fueron a tomar un café. Valerie les explicó “qué es un bebé desde un punto de vista científico”, sin pronunciar jamás un “no abortes”. La pareja lloró, sonrió y dio las gracias. Y finalmente, decidieron continuar con el embarazo. Valerie los derivó a una fundación provida para recibir apoyo.
Para el grupo, este momento confirmó que debía continuar. “Una vida salvada”, resume.
“No somos manifestantes. Solo rezamos”
Valerie insiste en desmontar la imagen que, según ellos, el obispo proyectó en la entrevista publicada por Público.
Ellos rezan lejos de la puerta, dentro de un parque cercano. No hacen ruido. No llevan consignas partidistas. No distribuyen folletos. Solo portan un cartel: “No estás sola, podemos ayudarte”.
Ella misma ha rezado “delante de varios abortorios” en otras ciudades y asegura seguir siempre normas estrictas. Por eso les dolió escuchar a Planellas afirmar que esas iniciativas “ideologizan la oración” y que, en su opinión, no aportan nada pastoralmente.
“Nos sentimos desamparados por nuestro pastor”
Más allá de la crítica concreta, Valerie expresa que lo que más les ha herido es el eco dentro de la propia Iglesia.“Estoy acostumbrada a ataques de grupos laicistas y de algunos vecinos. Pero escuchar esas palabras de nuestro propio obispo… fue muy doloroso.”
Tras la reunión con Planellas, las parroquias de Tarragona dejaron de permitirles colocar carteles. “Solo una iglesia nos abre sus puertas y allí celebramos misa y adoración”, lamenta. Sin embargo, su labor ha acompañado a numerosas mujeres.
Desde que empezaron las campañas, han recibido llamadas de mujeres heridas por un aborto pasado. Hablar con ellas, rezar juntas y escucharse las ha ayudado a iniciar procesos de sanación. Las derivan al Proyecto Raquel, precisamente promovido por el arzobispado, aunque el obispo critique su presencia ante la clínica. “Por eso nos duele más. Sus palabras públicas nos dejaron desamparados. Necesitábamos acogida.”
“Otros obispos nos apoyan”
La declaración de Planellas contrasta con la postura abierta de otros prelados, como Munilla o Argüello, que apoyan explícitamente la oración ante clínicas abortivas. Precisamente Monseñor Luis Argüello acaba de declarar recientemente que no ve el problema de rezar delante de los abortorios que sí ve Planellas.
Sin embargo, el arzobispo de Tarragona defiende que su prioridad son proyectos como Llar Natalis, donde mujeres embarazadas viven hasta tres años y reciben apoyo integral; y los programas Ángel y Raquel, promovidos por la diócesis. Argumenta que estas acciones “acompañan sin confrontar”.
Valerie, sin embargo, no ve contradicción entre ambas vías: “Nosotros rezamos. Eso es todo. Y muchas mujeres se sienten acompañadas al vernos allí.”