COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

 

PORQUE DIOS ES COMUNIÓN DE AMOR, NOSOTROS SOMOS VIDA

 

 

 

 

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor | 09.02.2019


 

Todas las sendas marchan al unísono,
nos conducen hacia un mismo cielo,
nos inducen hacia un idéntico soplo,
a ir del brazo del abrazo de la Cruz;
un concebir que nos hermana y redime,
para ser fuertes y fuente de agua viva.

Si nosotros somos de los días el verso,
hagamos de la tierra un mar de luz,
repudiemos e impugnemos las batallas,
pasemos a otra dimensión penitencial,
a huir de la selva, coreando la salve,
que todo lo aplaca, conmueve y salva.

Vuelva el alba a nuestra alma pura,
la piedad, la esperanza y su espera,
reintégrese la pasión, llegue la paz,
hija del buen hacer y del mejor obrar,
hasta ser uno en la unidad del poema,
clareando rastros, aclarando rostros.

El mirar de Dios es un ver y un hacer;
un ver hacia abajo para elevarnos,
y un hacer de la pequeñez un nacer
grande, para crecernos mar adentro
y para recrearnos en la pertenencia
de un pueblo, que nada es, sin amor.

Hagamos silencio, interroguémonos
en soledad, seamos poetas en guardia,
abramos los ojos al mundo, respiremos
hondo, justamente para hacer memoria,
y poder conciliar el sueño y reconciliar
lenguajes que quisiéramos olvidar.

Pongámonos a las órdenes del corazón,
sin coraza alguna, con el entusiasmo
de ser manantial que sacia, con la alegría
gozosa de ser consuelo, de regresar
al verbo, aquel que entona el pulso
con la razón, y la mente con el espíritu.

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
25 de enero de 2019