COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

 

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

 

 

“Nunca es tarde para acogernos y recogernos en las aguas purificadoras de la divinidad con espíritu contemplativo y total disponibilidad al proyecto del verso y la palabra. Todo un gesto de florescencia, tras este rociado de rescate del alma, que nos despoja de la esclavitud original de la caída y nos devuelve a la adopción filial como poetas en camino”

 

 

 

Víctor Corcoba Herrero, Escritor | 05.01.2024


 

 

 

I.- EL PORCHE A LA PRESENCIA ETERNA

Hoy, como ayer, ponemos la mirada
en Jesús; clavamos los ojos en su ser,
en su manera de actuar por nosotros,
en su nítido bautismo de penitencia,
para enunciar la purgación del alma.

El espíritu supremo nos transforma,
nos aguarda en cualquier horizonte,
nos anhela puros como el agua viva,
que nos sacia en destellos de amor,
porque nos quiere radiantes de savia.

Cristo ha venido a llevarnos consigo,
a protegernos de los lazos terráqueos,
cargando con todos nuestros vacíos,
entrando en nuestro baúl de noches,
para reponer la luz y ponerla eterna.

 

 

II.- EL ACCESO A LA VIDA ÍNTEGRA

Con la pila bautismal se nos estimula,
a una vida nueva, la misma de Dios;
a regresar al Padre liberados del mal,
a elevar los ojos y el corazón orando,
abriéndonos las puertas de la alegría.

Bajo esta efusión de existencia plena,
y con los numerosos dones recibidos,
se nos enciende una fuente de dichas,
que nos agitan las propias entretelas,
exhortándonos a revivir la inocencia.

Hay que volver a la pureza del verso,
mediante el baño de la regeneración,
fundamento y deleite de entusiasmo,
biografía vivencial revestida de amor,
amor que nos hace crecer como niños.

 

 

III.- EL RENACER A LA FUERZA CELESTE

Es con el Mesías, el Hijo del Altísimo;
como vuelve el renacimiento viviente,
proveniente de las alturas en llamada,
con la unción creativa de lo esperado,
y la pasión redentora que nos redime.

Esta fiesta bautismal divina es un don,
que a todos nos alcanza en la belleza,
que a todos se nos propone a ejercitar,
sabiendo que nuestro mayor ejercicio,
está en la virtuosa proximidad etérea.

Que la Virgen María nos rejuvenezca,
nos anime a perpetuar una mente sana,
siempre activa y reparada en la virtud,
para recorrer con autenticidad la senda;
siendo un naciente cuerpo, glorificado.

 

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
05 de enero de 2024