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    EL DOMINGO EN LA 
    VIDA DE LOS CRISTIANOS 
    Victorio Lorente Sánchez 
    EL DÍA DEL SEÑOR ESTÁ PARA... 
    
      
    Dar culto a Dios, oyendo la Santa Misa. 
      
    Descansar. 
      
    Dedicar mayor tiempo, a los amigos, y a las personas que el Señor nos 
    confía. 
     
    ¿POR QUÉ IR A MISA EL DOMINGO? 
    
      - El hombre por exigencia de 
      su misma naturaleza debe dedicar algún tiempo al culto divino. 
 
      - Dios ha concretado la 
      dedicación de un día de la semana para dar ese culto (Ex. 20, 9-10).
      
 
      - La Iglesia ha determinado 
      los días y el modo de honrar a Dios. 
 
      - Desde los primeros tiempos 
      los cristianos se reunían, especialmente el Domingo, para celebrar con 
      gozo la Muerte y Resurrección de Jesús. 
 
      - Hoy (en desafío a un mundo 
      triste y materialista), los cristianos nos reunimos para festejar el Día 
      del Señor. 
 
      - Porque el domingo es el día 
      de la Resurrección, es el día del Señor y el día del hombre, creado y 
      redimido por él.
 
     
    CÓMO DAR CULTO A DIOS EN DOMINGO 
    Asistiendo a la Santa Misa 
    
      - Los hombres de todos los 
      tiempos tenemos grandes deudas (pecados) y también grandes esperanzas y 
      temores. 
 
      - Jesucristo, con su Vida, 
      Muerte y Resurrección, que se actualiza en cada Eucaristía, pagó esas 
      deudas y nos abrió a los grandes dones que de Dios necesitamos.
      
 
      - Nosotros, igual que los 
      cristianos de todos los tiempos, cada vez que celebramos la Eucaristía:
      
 
      - Renovamos lo que Jesús hizo 
      en la última Cena y en la Cruz 
 
      - Nos alimentamos con su 
      Palabra y su Cuerpo 
 
      - Nos unimos a todos los 
      hombres y especialmente a los que tienen nuestra fe.
 
     
      
      
    NUESTRA ACTITUD EN LA EUCARISTÍA DEBE SER 
    ACTIVA: No como el que se sienta a ver una película. 
    Rezar, cantar bien y con alegría, adoptar las posturas con señales de esa 
    participación. 
    CONSCIENTE: Darnos cuenta de lo que se está haciendo 
    en el altar y en nuestra vida y siguiendo la Eucaristía con espíritu de fe y 
    sentimientos de piedad. 
    COMUNITARIA: la Eucaristía es de todos y todos 
    unidos a los presentes y a los ausentes, hacemos posible que la celebración 
    sea un anticipo del Cielo en el que todo será compartido. 
    DESPUÉS DE LA SANTA MISA 
    La Misa debe incorporar a cada crsitiano en la Vida, 
    Muerte y Resurrección de Jesús y en la vida de todo su Cuerpo Místico. 
    
      - Al volver el Cristiano a la 
      vida ordinaria esa incorporación debe prolongarse: 
 
      - En el ser y en el obrar, 
      personal y público, de cada uno de los que han participado. 
 
      - En las relaciones de los 
      que allí han estado presentes. Si se han reunido en torno a Cristo -juntos 
      han confesado su fe, han recibido el alimento de la Palabra y del Cuerpo 
      de Cristo, han intercambiado muestras de caridad -todo esto ha de notarse 
      también en la calle, en el trabajo, en la familia. 
 
      - En un modo nuevo de vivir 
      en una sociedad más o menos cristiana y humana.
 
     
      
      
      
      
      
    
      
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          La Misa debe inyectar un espíritu misionero. Los presentes en la 
          Iglesia fueron una parte, quizás mínima, de la población, y al 
          terminar, no deben cerrarse en sí mismos. Son levadura en la masa 
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