EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

06.07.2014


XIV Domingo del Tiempo Ordinario (A)

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (11, 25-30)

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

- Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Palabra del Señor


COMENTARIO:

En este Evangelio del XIV Domingo del Tiempo Ordinario, podemos ver que solamente Jesús puede manifestar el verdadero rostro del Padre; este rostro que se esconde a los sabios y entendidos y se manifiesta a la gente sencilla.

Los sabios y entendidos, eran las élites de Israel y aquellos que creían saber todo y poseer la única verdad; aquellos que criticaban lo que pudiera a sus ojos parecer impuro.

Son los mismos, que hoy en nuestra Iglesia se fijan sólo en normas y preceptos y abandonan lo que es importante: los mandatos del Señor a través del Evangelio. Juzgan todo, critican todo lo que hacen los demás sin analizar su propio corazón.

Los sencillos, son todo lo contrario; son los que abren su corazón con sinceridad al mensaje evangélico, porque son conscientes de sus propias debilidades y limitaciones ante el Señor.

Desde la humildad busquemos el autentico ejemplo de Jesús.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.