EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

29.09.2024


 

XXVI Domingo del Tiempo Ordinario (B)

 

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (9, 38-43. 45. 47-48)

 

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

― «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».

Jesús respondió:

― «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies a la gehenna. Y si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser echado con los dos ojos a la gehenna, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

En este Domingo Vigésimo Sexto del Tiempo Ordinario, el Evangelista presenta orientaciones prácticas a la Comunidad para que la fe siga creciendo en el seguimiento a Jesús.

El cristiano, debe de alegrarse por cuanto bien se haga en el mundo, tanto dentro como fuera de la Iglesia.

Todo lo que no se opone al Evangelio, contribuye a realizar el Reino de Dios en este mundo.

El Evangelio, nos llama a la colaboración fecunda y generosa tanto en el campo personal como comunitario.

Jesús también, nos habla del escándalo, es decir todo aquello que nos aparta de la fe y de la conducta de un auténtico cristiano.

Nos hace una llamada a la coherencia de vida, estar de acuerdo en nuestra conducta, con lo que predicamos.

Nada es tan perjudicial, en la labor de extender la Palabra de Dios, que un buen consejo acompañado, sin embargo, de un mal ejemplo.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.