EL EVANGELIO DEL DOMINGO
por Gervasio Portilla García
22.12.2024
IV Domingo de Adviento (C)
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (1, 39-45)
En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuando Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
― «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quien soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Palabra del Señor
COMENTARIO:
En este Cuarto Domingo de Adviento, en el umbral de la Navidad, la liturgia nos ofrece el encuentro de María con su prima Isabel.
Cuando el Ángel revelador desaparece de su presencia, María se pone en camino y se dirige a casa de su pariente Isabel, donde la benevolencia divina se ha manifestado de forma extraordinaria.
La fe es la virtud de María, que mejor pone de relieve el evangelista.
María, es así Madre de los creyentes, su grandeza en la fe es todo un ejemplo a seguir en nuestro caminar diario.
La fe sencilla y rocosa de María es un gran asidero para orientar nuestras vidas y disipar las tinieblas en los momentos de peligro.
Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.