EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

09.02.2025


 

V Domingo del Tiempo Ordinario (C)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (5, 1-11)

 

En aquel tiempo, una vez que la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

― «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».

Respondió Simón y dijo:

― «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

― «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón:

― «No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

En el Evangelio de este Quinto Domingo del Tiempo Ordinario, se recoge la escena de la pesca milagrosa en el lago de Galilea.

El primer nombre asociado a la misión de Jesús, es Simón Pedro, en realidad un humilde pescador, al igual que su hermano Andrés y sus compañeros Santiago y Juan.

El Señor escoge personas sencillas del pueblo, para llevar a cabo su misión, representa así el primer contraste para los judíos.

Nada de miedo y temores, Jesús navega con nosotros en la barca y nos garantiza que no pereceremos a la tempestad, tengamos todos plena confianza en Él.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.