EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

02.03.2025


 

VIII Domingo del Tiempo Ordinario (C)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (6, 39-45)

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:

― «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?
¿No caerán los dos en el hoyo?
No está el discípulo sobre su maestro,
si bien, cuando termine su aprendizaje,
será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo
y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
"Hermano, déjame que te saque la mota del ojo",
sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo?
¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo,
y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo,
ni árbol malo que dé fruto bueno;
por ello, cada árbol se conoce por su fruto;
porque no se recogen higos de las zarzas,
ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien,
y el que es malo, de la maldad saca el mal;
porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».

 

Palabra del Señor

 


 

COMENTARIO:

 

El Evangelio de este Domingo Octavo del Tiempo Ordinario, nos habla del ejemplo de la corrección fraterna, que debemos de acoger con humildad y no con soberbia y altanería, como se comporta una parte importante de la sociedad actual, que no rectifica sus propios pecados y errores porque se cree en posesión de la verdad.

Como decía el Papa Benedicto XVI, en su meditación en la apertura del Sínodo de Obispos en el año 2.005. "La corrección fraterna, es una obra de misericordia. Ninguno de nosotros se ve bien a sí mismo, nadie ve bien sus faltas. Por eso es un acto de amor, para complementarnos unos a otros, para ayudarnos a vernos mejor, para corregirnos".

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.