Fe y Obras

Nuestra Iglesia Diocesana

 

 

15.11.2013 | por Eleuterio Fernández Guzmán


El domingo 17 de noviembre se celebra un día muy importante para cada uno de los católicos. Cada uno de nosotros nos pertenecemos a una Diócesis determinada y, por el mismo, dedicar un día del año a recordar que ahí estamos y que debemos tener en cuenta que ahí estamos, es verdaderamente importante.

El lema que se ha escogido para este año 2013 es “La Iglesia con todos, al servicio de todos”.

Esto nos da a entender que la Esposa de Cristo está con cada uno de los seres humanos que puedan sufrir o encontrarse en situaciones no buenas ni benéficas. No hay exclusiones pues muchas veces demuestra que no tiene en cuenta, por ejemplo, la religión de las personas que acudan en busca de ayuda sino que sólo atiende la necesidad en concreto. Y eso es muestra de amor que, por cierto, es lo que predicó su fundador, un tal Jesucristo.

Pero, además, como lema, digamos, general para todas las jornadas está el “Ayuda a tu Parroquia. Ganamos todos” pues es bien cierto que con nuestra ayuda somos todos y cada uno de los fieles los que salimos ganando. Nosotros y, claro, todos los citados arriba.

Sobre este importante día, en el que colaboramos con nuestra Iglesia Diocesana, han escrito nuestros pastores. En cada diócesis cada obispo se encarga de dar a entender que un día como el dedicado a su propia diócesis es importante tenerlo en cuenta porque todos formamos parte de una y, por eso mismo, nuestra aportación, también económica, ha de ser lo mayor que pueda ser dado las circunstancias por las que estamos pasando.

Así, por ejemplo, Mons. Francesc Pardo i Artigas, a la sazón obispo de Gerona, al respecto de los bienes que tiene la Iglesia (y que tienen mucho que ver con las diócesis que los tienen) ha dejado escrito que:     

“Somos conscientes de nuestra tarea de administradores, y debemos serlo con fidelidad a las finalidades de los bienes recibidos. Pero hoy, para continuar siendo fieles a la misión recibida del Señor, para mantener los medios necesarios para ofrecer el Evangelio, para celebrar la fe, para acompañar y acoger a las personas, necesitamos la colaboración económica de todos los creyentes y de las personas de buena voluntad que valoran la tarea que llevamos a cabo.

Desde el deber de mantener unas actividades pastorales y un patrimonio al servicio de los pueblos y de las personas, hasta la necesidad de ofrecer una vida mínimamente digna a los sacerdotes y a otros trabajadores del Evangelio, necesitamos tu colaboración al fondo común diocesano en la jornada de la Iglesia diocesana que celebraremos el próximo domingo.

¡Ayuda a la Iglesia, todos salimos ganando!”

Y, para más abundancia, otro pastor, ahora de la Diócesis de Jaén,  a saber don Ramón del Hoyo López, ha dicho esto otro:

“Como podemos leer en el lema de la jornada de este año, la Iglesia diocesana con todos, está al servicio de todos.

     La Diócesis anima, impulsa y organiza la tarea de la evangelización en su territorio, y colabora en la evangelización de los demás pueblos. Ora constantemente ante el Señor por todos los fieles y sus necesidades. Abre sus brazos a los más necesitados, sin limitación de ninguna clase por su religión, color o estado social.

      Organiza e impulsa en las Parroquias y demás comunidades y grupos la formación religiosa de todos los fieles, según edades y circunstancias; coordina la atención religiosa sobre todo a los enfermos y mayores en todo el territorio diocesano; se preocupa también, de forma especial, en mostrar a Cristo y su Evangelio a las nuevas generaciones de cristianos.

     Se encarga de la formación, envío y sustentación de los sacerdotes, de la preparación de los candidatos al sacerdocio, de la construcción y mantenimiento de las Iglesias y otros locales al servicio de la evangelización.

     La Diócesis es, ante todo, una comunidad cristiana de fieles en la que, junto a su pastor, y congregada por él en el Espíritu Santo, está presente y actúa Cristo mediante su Evangelio, la Eucaristía y demás Sacramentos.”

Nos debe quedar claro, por lo tanto, que “Iglesia Diocesana” no es un término que no nos diga nada sino, al contrario, uno que es esencial para el desarrollo de nuestra vida espiritual y nuestra convivencia en comunidad de fieles. Y eso, por tanto, tiene que notarse a la hora de colaborar.

Dios, como sabemos, “Ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net