Fe y Obras

Católico, ponga un masón en su vida

 

 

10.03.2016 | por Eleuterio Fernández Guzmán


"La base granítica de la futura política (en la masonería) debe ser la guerra contra el Catolicismo sobre toda la superficie del globo" (H. Petrucelli de la Gatina).

"Tenemos un cadáver en el mundo, de cuerpo presente. Este cadáver es el Catolicismo. Tal es el cadáver que hay que echar a la fosa, uniendo al efecto en un sólo esfuerzo todas nuestras energías, para que se haga cuanto antes" (P. Van Humbech, Soberano Gran Comendador masónico del rito escocés en Bélgica).

"La Masonería, por la plenitud de su organización, ritos, símbolos y ceremonias, se halla en capacidad de rivalizar con su grande enemigo, la Iglesia Romana. Sí, queremos la guerra y guerra a muerte contra la Iglesia". (Globet D’Aviella, Gran Maestro Nacional masónico de Bélgica).

"La batalla empeñada entre el Catolicismo y la Masonería es batalla a muerte, sin tregua ni cuartel. Es menester que allí donde se presente el hombre negro, acuda el Francmasón. Es menester que allí donde en primero levante la Cruz en señal de dominio, despliegue el otro el estandarte masónico. Los dos campos están perfectamente deslindados. El campo de dios y el campo de Satanás, según dice el Papa León XIII. Ya no hay vacilación posible; contra la Iglesia o contra nosotros". (H. G. Desmons, Miembro del Supremo Consejo Masón de Francia).

"Es preciso hacer trizas a la Iglesia. ¿A qué fin tolerarla por más tiempo? ¿Qué servicios ha prestado a la humanidad? No reconozcas ya el hombre el poder de la Religión, y deje de inclinarse ante la soberanía de la Iglesia". (H. Feuri, Del Consejo Supremo Masón de Francia).

Estas lindezas acerca de la Iglesia Católica la han dicho quienes aquí hemos traído. Al parecer, la masonería no le tiene mucho amor a la Esposa de Cristo. Por eso quieren destruirla y, como Satanás, tratan de disimular su propia existencia (la de la masonería) para que parezca que se trata de algo bueno y mejor para la humanidad.

Sin embargo, la Iglesia Católica lo tiene más que claro. Esto ha dicho en contra de la masonería:

Documentos:

"IN EMINENTI" del Papa Clemente XII, 28 de abril de 1738.

"PROVIDAS" del Papa Benedicto XIV, 18 de mayo de 1751.

"ECCLESIAM" del Papa Pío VII, 13 de septiembre de 1821.

"QUO GRAVIORA" del Papa León XII, 13 de marzo de 1825.

"APOSTOLICAE SEDIS" del Papa Pío IX, 12 de octubre de 1869.

"Declaración Sagrada Congregación para la Fe" 17 de febrero de 1981. Pontificado del Papa Juan Pablo II.

"Declaración Sagrada Congregación para la Fe" 23 noviembre de 1983. Pontificado del Papa Juan Pablo II.

Et alii…

Encíclicas:

"TRADITI" del Papa Pío VIII, 21 de mayo de 1829.

"MIRARI VOS" del Papa Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832.

"QUI PLURIBUS" del Papa Pío IX, 9 de noviembre de 1846.

"QUANTA CURA" del Papa Pío IX, 8 de diciembre de 1864.

"ETSI MULTA" del Papa Pío IX, 21 de noviembre de 1873.

"DIUTURNUM ILLUD", del Papa León XIII, 1881.

"ETSI NOS" del Papa León XIII, 15 de febrero de 1882.

"HUMANUM GENUS" del Papa León XIII, 20 de abril de 1884.

"AB APOSTOLICI" del Papa León XIII, 15 de octubre de 1890.

"PRAECLARA GRATULATIONIS" del Papa León XIII, 18 de marzo de 1902.

Y más:

Como en el Código de Derecho Canónico de 1983 pareciese que había algún cambio al respecto de lo que la Iglesia Católica consideraba que era la masonería (según constaba en el de 1917), no se tuvo más remedio, para que nadie se llevase a engaño o se frotase las manos, que producir esto que sigue:

“Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum est... de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

26 de noviembre, 1983.

Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia en respecto a las asociaciones masónicas ya que el Código de Ley Canónica, a diferencia del anterior, no las menciona expresamente. Esta sagrada congregación está en posición de responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías más amplias.

Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia ("earum principia semper iconciliabilia habita sunt cum Ecclesiae doctrina") y por lo tanto se continúa prohibiendo ser miembro de ellas.

Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión. No está en la competencia de las autoridades eclesiales locales el impartir un juicio sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas que implicase una derogación de lo que se ha decidido arriba, y esto en línea con la declaración de esta sagrada congregación promulgada el 17 de febrero de 1981 (1).

En una audiencia concedida al subscrito cardenal prefecto, el Supremo Pontífice Juan Pablo II, aprobó y ordenó la publicación de esta declaración que ha sido decidida en una reunión ordinaria de esta sagrada congregación.

Cardenal José Ratzinger, prefecto.

Padre Jerome Hamer, O.P., Titular Arzobispo de Lorium, Secretario.”

Bueno, al parecer, todos no lo tienen tan claro porque un tal Ravasi, cardenal a más señas, ha osado escribir algo así como un engendro, a modo de carta, dirigida a “los queridos hermanos masones”.

No, si, al parecer, ahora nos van a hacer comulgar con ruedas de molino que son, precisamente, las mismas que Cristo dijo una vez que debía colgarse al cuello quien escandalizase a un pequeño en la fe.

Pues eso, que a buen entendedor…

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net