Fe y Obras

 

Ha nacido María

 

 

 

10.09.2020 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

 

En efecto, hace unos días que celebramos el nacimiento de la Virgen María. Sin embargo, nunca es tarde para agradecer a Dios una merced así y para darle gracias por habernos dado una Madre como la Madre de su Hijo.

 

Hace poco celebramos, quizá sin ninguna fiesta,
que ha venido al mundo la mujer por excelencia,
que Dios quiso regalarnos a su Madre que ya es nuestra.

Un día, bajo una Cruz, la de Cristo a más señas,
quiso el Hijo que María fuera entregada de veras
a un discípulo más que joven, de buenas entendederas.

Eso pasaría luego, con los años predicando,
pero ahora recordamos que el octavo de septiembre,
cierto que ya ha pasado, cierto que no es presente,
vino al mundo Inmaculada, Virgen perpetua siempre.

Los abuelos de ese Niño que tanto daría al mundo,
han de saber por fuerza que aquella que ha nacido
Dios la quiere por ella, que un día será el origen
de una generación nueva.

El ocho del noveno mes, no sabemos a qué hora,
vio la luz del día o quizá de la noche cierta,
una niña limpia, de iniquidad borrada
pues podía Dios hacer lo que quisiera,
quiso que así fuera y lo hizo para que existiera.

Madre del Creador, Madre de Cristo, del Espíritu Madre,
y por gracia del Buen Dios, decimos que Madre nuestra,
naciste para que todo se volviera de dentro a fuera
y la salvación alcanzar el hombre pudiera,
naciste porque Gabriel, enviado por entonces,
te dijo que si quisieras serías del Mesías Madre
y así la voluntad de Dios se cumpliera.

María, llamada así por Joaquín, por Ana tu madre buena,
hijos tuyos nos sabemos,
que Dios ha querido que seas, de nosotros, Medianera.

 

María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net