HOSTELERÍA ES RIQUEZA, Y A VECES SE HA OLVIDADO

 

 

Miguel del Río | 10.10.2021


 

 

 

 

 

Si un sector económico nacional ha sido golpeado sin piedad por el Coronavirus, ese sector es la hostelería. Lentamente, va recobrando su identidad, esa de atender lo mejor que se pueda a los clientes. Pero la recuperación total de la confianza va a llevar otro camino bien distinto. Además de las ayudas que reciban, todo lo ocurrido debe concretarse en planes de cómo habrá que actuar en el futuro, si llega a repetirse algo semejante, nada descartable tal y como va el mundo. En ese volver a empezar de los hosteleros, el primer gran escollo con el que se han topado se llama recibo de la luz.

 

Bares y restaurantes recuperan el uso de sus barras, y es síntoma de que el Covid va quedando atrás, aunque nunca abandonemos del todo la siempre buena recomendación de que prevenir es curar. La hostelería, y a veces se ha puesto en cuestión de manera torticera, supone una doble riqueza para España. La directa viene de nuestras costumbres y tradiciones, con la forma única en el mundo que tenemos de alternar en las calles y sus locales, apostando por un ocio de reunirse entre amigos y conocidos en torno a una mesa, o brindando a la salud de los que levantan su vaso. El otro beneficio es que los millones de turistas que nos visitan cada año tienen esta misma percepción de lo que ofrece un país grandioso también en lo gastronómico, con absoluta reputación internacional. Por eso vienen, y disfrutan aquí como se puede hacer en pocos lugares, y también por una geografía bañada de maravillas naturales en las que igualmente se puede disfrutar de la presencia de algún chiringuito.

A estas alturas, todo lo que se diga de las secuelas de la crisis sanitaria del Coronavirus resulta repetitivo, salvo por el empeño en recuperar nuestras vidas, lo que implica al tiempo que los negocios, caso de la hostelería, retomen su ritmo, algo que será visto como síntoma de regreso a una confianza que hibernaba hasta que pasara el peligro del contagio generalizado. No  hagamos cábalas inútiles: 2021 tampoco se ha salvado de la pandemia, con un verano malo de solemnidad, lo que se ha percibido por la gigantesca caída de turistas y visitantes, más pendiente de las vacunas y de contar con el certificado Covid, que de pensar en viajar. Por eso la normalidad no ha de estar reñida con hacer bien las cosas, fruto tanto de las malas experiencias pasadas, como del tremendo esfuerzo personal llevado a cabo por todos y cada uno de nuestros miles de profesionales sanitarios, con los que estaremos en deuda permanente.

Sí, el voto de confianza a nuestra hostelería se debe hacer notar, y la mejor manera es vivir como antaño y consumir al mismo nivel que lo veníamos haciendo antes de la declaración de la pandemia, allá por marzo de 2020. Todo ello teniendo en cuenta que el sector ha tenido que acomodarse a terrazas exteriores en vez de alternar en interiores, y presenciar un crecimiento alocado del botellón, gran enemigo de bares, restaurantes y demás locales del ocio nocturno.

 

“El voto de confianza a nuestra hostelería se debe notar, y la mejor manera es consumir al nivel que lo veníamos haciendo antes de la pandemia”

 

Las diferentes administraciones han debido tomar iniciativas rápidas con respecto al sector hostelero, en la medida de que las cosas se iban poniendo peor en la gestión y semáforos del Coronavirus. Como una de las lacras de este país es que olvida pronto, se debería tener en cuenta lo sucedido para afrontar las reformas que sean necesarias, y que por supuesto beneficien a todas las partes dentro del mantenimiento de una de las riquezas económicas y sociales que tenemos.

Sobre las ayudas al sector, depende al autónomo que preguntes al respecto de su caso, y seguramente todos tengan parte de razón en lo que reclaman. Ahora la hostelería abre sus barras al público, pero ha entrado de lleno, como todos, en el problema que supone la subida de todos los precios, y el gasto de funcionamiento de bares y restaurantes con una losa al comienzo de la pirámide de facturas como es el recibo de la luz.

Son muchos los negocios de hostelería y no hostelería que han cerrado como consecuencia del Covid-19. Se sabe y se cuenta, pero es triste que no tenga otro tipo de repercusiones salvo el comentario de que en tal calle había aquel bar o tal restaurante, que un día echó definitivamente sus persianas para no volver a abrir. La recuperación turística española, ahora extremadamente dañada, requiere de un esfuerzo colectivo en el que todos tenemos un papel protagonista. Confiar de lleno en nuestra hostelería es apostar verdaderamente por términos que en ocasiones parecen solo palabras. Como prevención. Como confianza. Como normalidad. Con la dureza de trabajar en el sector hostelero y toda la dedicación diaria que requiere, las muchas familias y trabajadores de este gremio que han aguantado el envite del virus están, más que nunca, dispuestos a seguir demostrándolo. Creo que es lo que quieren que no se vuelva a olvidar.

 

“La hostelería ha entrado de lleno en el problema que supone la subida de todos los precios, con una losa en la pirámide de facturas como es la luz”

 

 

Miguel del Río