Pasó en Sarajevo: escoria humana pagando por matar a civiles
Miguel del Río | 23.11.2025
Celebro que el periodismo de investigación siga vivo, y que el nombre del escritor Ezio Gavazzeni sea conocido por sacar a la luz el hecho tan monstruoso de que, durante la Guerra de Bosnia, hubo millonarios extranjeros que pagaron por matar a seres humanos. La cantidad a abonar era mayor si el disparo apuntaba a niños que deambulaban por un Sarajevo sitiado. La justicia italiana ha abierto una primera investigación, al conocer que pudo haber ciudadanos de este país que protagonizaron semejante aberración, que te deja sin palabras. Pero hay que ir más lejos, como se hizo con los nazis, y sacarlo todo a la luz, caiga el poderoso que caiga.
Al hablar de un hecho concreto, desvelado ahora, que sucedió en Sarajevo, capital de Bosnia, antes tengo que centrarles en la Guerra de Bosnia, ¿cuándo se produjo, ¿por qué?, los bandos en contienda y ¿cómo terminó? Entiendo que puede resultar un tanto amplio este resumen, así que les adelanto la noticia aparecida. Hubo ricachones que pagaban una auténtica fortuna, hasta 300.000 euros, por disparar con sus lujosos rifles a habitantes de Saravejo, evidentemente para matarlos, como si fueran un trofeo de caza. Ni siquiera les importaba la edad del que asesinar (niños).
Empecemos. Todo arranca con la disolución de la antigua Yugoslavia, y que Bosnia-Herzegovina decide en referéndum su independencia, algo que no es aceptado por los serbobosnios. De abril de 1992 a diciembre de 1995 tuvo lugar esta contienda bélica en pleno corazón de Europa. Se enfrentaron bosnios, serbios y croatas. Estos bandos lucharon entre sí, aunque hubo periodos en que se aliaron para combatir a los serbios. Tres años de guerra, con los resultados dramáticos de todo conflicto armado: 100.000 víctimas y 1,8 millones de desplazados. Los juicios y condenas por crímenes de guerra fueron la continuación a aquel repugnante episodio en la historia de nuestra civilización, destacando como el mayor “carnicero de Bosnia” al Jefe del Estado Mayor Serbio, el militar Ratko Mladic, sin dejar de citar al canalla ideólogo de la limpieza étnica, Radovan Karadzic.
Permítanme también, antes de entrar en el asunto central por tratar, que les enumere algunas de las atrocidades, un claro genocidio, cometidas: masacre de 8.000 hombres y niños bosnios musulmanes (Srebrenica), el asedio a Sarajevo que duró años con la consiguiente falta de lo esencial para subsistir, violaciones masivas y la creación de campos de detención para encarcelar, torturar y matar a civiles. Han transcurrido 30 años de lo peor vivido en el mundo tras la Segunda Guerra Mundial y los nazis. Entiendo perfectamente que las víctimas no olviden y que sigan echando en cara, a otros países, su pasividad ante semejante horror, a lo que suman el permitir hoy que la guerra regrese a Europa de la mano de nocivo Vladimir Putin, invadiendo Ucrania, y a saber lo que pasará en adelante. Hoy no podemos fiarnos de ningún gobernante, de entre todos los existentes.
La fe en la humanidad que pregonaba Nelson Mandela (“Si quieres hacer la paz con un enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces se convierte en tu compañero»), se derrumba cuando este 2025 destapa que ricos europeos y norteamericanos pagaban suculentas cifras por matar a civiles, aprovechando la Guerra de Bosnia. Tampoco olvidemos a los organizadores, ¿quiénes son?, de estas cacerías humanas. Las investigaciones abiertas apuntan a que elegían para matar desde un civil adulto, un niño, una embarazada o un soldado. Cada caso tenía una tarifa concreta.
30 años después de aquel conflicto en suelo europeo, donde resurgieron los viejos nacionalismos hoy tan en auge, se ha destapado esta nueva vergüenza de la humanidad contra la humanidad. Lo cierto es que son tantísimas las aberraciones que llegamos a cometer que ya ni se investigan como es debido, y lo peor es que el castigo tarda en llegar o no se produce, por eso de que el poder tiene tendencia a proteger a los poderosos. Hasta los nazis más sanguinarios escaparon de Alemania, al final de última guerra mundial, aterrizando y desembarcando en muchos países, España uno de ellos, que les dieron un asilo tan inmerecido, con el que pudieron seguir viviendo, tan tranquilos, y con todo lo que habían robado, hasta el final de sus días.
Imagínense las preguntas que hay en torno a estos asesinos de Sarajevo, pagando fortunas para matar indiscriminadamente, todo por un subidón de adrenalina además de sensación de poder, según argumentan expertos psicólogos. Aquí lanzo algunas.
- Hay que saber sus nombres. En Italia ya se cita a alguno de estos criminales.
- ¿De cuántos países eran estos ruines, al hablar de asesinos de origen europeo?
- Los servicios secretos de los países de origen, y los gobiernos también de los mismos, ¿lo sabían?
- Hay que procesar a cuantos queden vivos, de los que participaron en estas cacerías mortales de humanos, y aquellos que hayan fallecido, dejar muy claro para sus familias y descendientes lo que perpetraron.
- Por supuesto, investigar a todas las posibles víctimas, y hacer justicia para con ellos y para con sus familiares.
- Quienes cobraban por estos safaris contra seres humanos, es más que posible que lo sigan haciendo en otros conflictos que hay en la actualidad, repartidos por todo el mundo (56, según el Índice de Paz Global). Lo primero es desvelar, descubrir y publicar. ¡Cuanto antes!
Todo esto, y más, está por aclarar. De un lado, lograr el repudio internacional y social más absoluto a esta forma de actuar. De otro, que recaiga el mayor de los desprecios hacia los nombres de cuantos participaron en estos safaris humanos. Muchos habrán fallecido, pero otros seguirán vivos, y ahora ya saben que se está tras su pista. Hay que ponerlos a disposición judicial de inmediato, a poder ser del Tribunal Penal de la Haya para crímenes de guerra cometidos en los Balcanes, como coautores del genocidio que se perpetró en la Guerra de Bosia. Hay ocasiones, esta lo es, en que sentir orgullo, como seres humanos que somos, da verdadero asco.
Miguel del Río