REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

BUSCANDO LA VERDAD Y EL BIEN

 

 

Gervasio Portilla | 21.11.2021


 

 

 

La mentira y los intereses económicos  se están quedando “en pañales”, con el bajo resultado ya previsto por algunos científicos que fueron perseguidos y cortados en la red sobre el funcionamiento de la vacunas Covid.

El hecho de vacunar en si a personas de edad avanzada y con otros padecimientos, no parece haber sido una mala idea, todo lo contrario, sin embargo el vacunar a toda la población y evitar por todos los medios el que se conozcan opiniones de personas muy relevantes sobre las vacunas, que han sido vilipendiados en sus opiniones por no ser acordes al relato oficial de las farmacéuticas y de los Gobiernos ha sido una grave irresponsabilidad casi criminal.

Basta tomar la hemeroteca, para poder recordar lo que se decía hace ocho o nueve meses sobre las vacunas y el cambio permanente del relato.

Medias verdades, presiones, mentiras y ello no es óbice para recordar que las vacunas pueden proteger en algunos casos, pero por desgracia, no son la solución definitiva máxime con los efectos tan graves en algunos casos, que se ocultan de manera casi increíble.

Mientras; las vacunas eran potenciadas y se compraban en grandes cantidades en contratos llenos de “neblina” y de “tachones” se perdía tiempo en avanzar en los tratamientos efectivos, pero parece que por fin tras muchos obstáculos, se abren ya paso.

Los confinamientos contestados rotundamente por científicos de primer nivel en la declaración de Great Barringhton, fueron también evitados por los grandes medios que han contribuido al miedo y la desinformación en muchos casos.

Por otro lado, se trataba de desprestigiar toda opinión acertada o no llamando anti vacunas a todo aquel que se hiciera preguntas, aunque se hubiera vacunado toda su vida contra la gripe y otras enfermedades.

Nadie sensato debe estar contra las vacunas, ni tampoco se trata de deslegitimar su uso, sólo se trata de poner en contexto la verdad y no de la exageración y del miedo que es lo que los grandes poderes quieren.

Pero en realidad, cuando se da más credibilidad a un político cualquiera, sin conocimiento alguno, que por ejemplo a un Premio Nobel, parece claro y evidente que estamos ante un problema social muy grave y de consecuencias imprevisibles.

Cuando hay personas que desde cargos políticos, se permiten casi pedir la “muerte social” de personas disidentes que hacen uso de su libertad, es que tenemos muy cerca una dictadura y también demuestra la catadura de dichas personas.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista