REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

¿ENGAÑO, ESTAFA, PREVARICACIÓN?

 

 

 

Gervasio Portilla | 11.05.2022


 

 

 

Esto realmente es un escándalo más de suma gravedad, que hay que denunciar y que la asociación LIBERUM ha descubierto y puesto sobre el tapete de la realidad, demostrado la utilización política de la pandemia y el sometimiento a intereses no sanitarios.

Desde que la Asociación LIBERUM, tuvo conocimiento el 1 de diciembre de la publicación por parte de el diario EL PAÍS una información que recogiendo una resolución de la Ponencia de Alertas del Consejo Interterritorial de Salud, que desaconsejaba el llamado pasaporte COVID, se puso en marcha para conocer realmente todo el informe al respeto y tras cinco meses de peticiones a los Tribunales Superiores de Justicia, el documento finalmente ha sido aportado a un procedimiento judicial que LIBERUM tiene abierto contra el pasaporte COVID-19. El documento oficial, jamás publicado antes cobra un valor incalculable, ya que confirma que las decisiones tomadas no se fundamentaron en decisiones técnico-sanitarias, sino en decisiones políticas, al margen de cualquier criterio en la prevención de contagios y con la única finalidad de imponer la vacunación obligatoria, lo que a juicio de LIBERUM supone fraude de ley, ya que las administraciones hurtaron este documento a los Tribunales Superiores de Justicia.

 

El documento del 23-11 de 2021 del CONSEJO INTERTERRITORIAL DE SALUD DICE LOS SIGUIENTE:

 

"La ponencia de alertas y planes de preparación y respuesta ha valorado en su reunión del 19 de noviembre, la utilización del certificado COVID para acceder a determinadas actividades, principalmente las referidas al ocio y otras que se vayan a realizar en espacios interiores, especialmente en aquellos ámbitos en donde no es posible llevar permanentemente mascarilla. A continuación se recogen los principales aspecto que se han valorado a favor y en contra de su implementación.

 

ASPECTOS A FAVOR

-Incentivar la vacunación de algunas personas que no han recibido todavía las pautas recomendables.

-Transmitir el mensaje de que continua existiendo un riesgo de infección por SAR-COVID-2, y que la población tenga la percepción de que siguen siendo necesarias las medidas para disminuir el riesgo. Podría suponer un refuerzo de la medidas de prevención y control en ámbitos de riesgo.

-Es una medida que se está aplicando en algunas CC.AA y con respaldo oficial. -Estimular que la necesidad de vacunación siga siendo asumida por parte de la población como medida de responsabilidad social.

 

ASPECTOS EN CONTRA

-No hay evidencia de que esta medida tenga un efecto en la reducción de la transmisión del SARS-COV-2. En los países del entorno europeo donde se está utilizando, los casos están aumentando de forma importante, si bien es cierto que sus coberturas vacúnales son muy inferiores a las de España Es previsible que el efecto en España, con coberturas más elevadas todavía sea menor. Sería además dificil la efectividad de esta medida.

-No refleja realmente el estado inmunitario, Equipara el estar vacunado con estar inmunizado y esto no se ajusta a la realidad. La vacunación previene de manera muy importante de formas graves de la enfermedad (90 al 99 por ciento contra hospitalización, 90 al 95 por ciento contra la mortalidad), pero la efectividad para prevenir las formas leves de la enfermedad es mucho menor, alrededor del 60%. Sabemos que aproximadamente un 40% de los vacunados son susceptibles de infectarse y transmitir la infección. Por todo ello, su utilidad para prevenir transmisión sería muy limitada e incluso podría tener un impacto negativo si se relajaran las medidas de prevención.

Existe un claro riesgo de que su utilización pueda suponer la relajación de medidas de prevención en interiores (sobre todo una disminución en la utilización de la mascarilla) al sentirse estas personas más protegidas por estar en un ambiente en el que se ha exigido el certificado (vacunación, antecedente de infección en los 180 días previos o PDIA negativa en las últimas 48 horas). Se ha visto, además, en estudios de efectividad vacunal que, cuando el caso índice y sus contactos están vacunados, hay más contagios por una mayor relajación de medidas que si no están vacunados los contactos.

Dificultad para ponerlo en marcha de una forma operativa. Habría que solicitar además una identificación personal cada vez que se pidiera para garantizar que corresponde a la persona que lo está utilizando.

En España, aproximadamente el 90% de los mayores de 12 están vacunados, por lo que la ganancia en coberturas de vacunación no sería muy importante. Estudios realizados2 recientemente refieren un incremento de la cobertura vacunal principalmente en menores de 20 años que, en nuestro país, tienen coberturas muy elevadas, alrededor del 84% por lo tanto, no estaría justificado con esta finalidad.

Las coberturas alcanzadas en España difícilmente justificarían el coste y las implicaciones negativas que puede tener esta medida.

Habría que asegurarse de que no genere situaciones de inequidad.

Si la incidencia sigue subiendo, y es muy probable que así sea, es posible que acabe generando más desconfianza en las instituciones públicas."

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista