REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

“DESASTRE 20-30”

 

 

Gervasio Portilla | 23.09.2022


 

 

 

Cualquier persona que lea los objetivos de la llamada Agenda 20-30, se puede llamar a equivoco, pues sólo esconde palabras muy bonitas y grandilocuentes, muy ambiguas, para llamar al engaño.

En realidad, detrás esconde un plan malévolo que nadie ha votado, fruto de un acuerdo entre la ONU y una organización privada como el Foro Mundial.

Es decir, una entidad privada dice a los ciudadanos lo que hay que hacer y como tienen que vivir.

No hay control democrático, no hay control sobre la veracidad de los datos, sólo hay detrás una ingeniería social, patrocinada por unos pocos para adueñarse de nuestras vidas y dirigir los destinos del mundo.

Más que Agenda 20-30, se podrías llamar “Desastre 20-30”.

Se quiere crear al hombre nuevo, como si fueran dueños de nuestro destino.

Cuando se aprueban leyes climáticas extremas basadas en datos manipulados, se está procediendo a mandar a la pobreza a miles de familias, que ven perder sus puestos de trabajo.

Cuando se culpa a la ganadería y se nos quiere hacer creer, que comer carne no es bueno y que el ganado contamina, se estás mintiendo y también procediendo a mandar a la miseria a millones de ganaderos en el mundo.

Cuando se dice que somos demasiados y que no hay alimento para todos, se está mintiendo pues hay millones de hectáreas en el mundo sin cultivar.

Cuando se habla de emergencia climática, se miente y se consigue culpar al ser humano de la misma, cuando por ejemplo un solo volcán puede lanzar más CO2 que millones de coches y fabricas.

Y así podemos seguir, con tantos temas.

También la destrucción de la familia, para aislar al ser humano y dejarle indefenso es otro objetivo no dicho implícitamente, para ello, se crean la leyes LGTBI y toda una parafernalia, para ir contra la propia naturaleza humana.

En realidad, se trata de dejar al ser humano como una ”piltrafa” sin criterio propio, sin capacidad de crítica, destruyendo su dignidad, así se infiltran estas ideas en las propias religiones, privando al hombre de su propia naturaleza como ser creado a imagen y semejanza de Dios.

Es un intento macabro, que muchos creen lleno de buenas intenciones cuando es todo lo contrario.

Esta en juego, la libertad del ser humano, su capacidad de crear y gestionar su destino y su dignidad. Toda esta ingeniería social, esta preparada para dominar el mundo económico, social y político al margen de la voluntad de las personas.

Es un “gran golpe a los Estados” a su independencia, a sus costumbres a su religión, a su manera de vivir y sentir. Es en definitiva un intento de llevar al ser humano a la desesperanza, a la tristeza y a la dependencia total para dominarlo.

Estamos a tiempo para no caer en la trampa.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista